jueves, 24 de febrero de 2022

IMPROVISAR AL ATARDECER


IMPROVISAR. ¡Qué palabra! Creo que hoy en día nos cuesta mucho introducirla en nuestra rutina, porque básicamente, no hay rutina que se improvise, pero soy de las que piensa, que una parte de nuestro día a día tiene que estar bloqueado para esto, para LO QUE SURJA.


Nos hemos acostumbrado a vivir muy rápido y todo tiene que estar calendarizado, agendado, con una notificación que nos lo recuerde..., pero, a ver: ¿nos acordamos de vivir?


Quizá esté exagerando, pero debemos de aprovechar más los días, los instantes y las horas y vivir cada día como si fuera una "micro-vida", aunque a veces nos cueste, damos muchas cosas por hecho siempre, ¿verdad?


Me gustan estas fotos porque son un reflejo de esa improvisación que a veces nos cuesta tener. Hacía mucho que no hacíamos fotos al atardecer y surgió de una manera totalmente casual y natural. Íbamos de camino a Andorra a pasar el finde semana a esquiar y fue una maravilla disfrutar del paisaje mientras el sol se iba tornando cálido, una maravilla para los sentidos que a veces olvidamos porque también durante los trayectos vamos respondiendo emails, apagando fuegos y respondiendo comentarios en redes sociales. No digo que parte del trayecto en mi caso no fuera así, de hecho, estuve parte trabajando, pero otra, aparte el móvil y miraba el paisaje por la ventana, con ese colorido de una cálida tarde de viernes de invierno.

Tuvimos que parar un momento y Yago me dijo, ponte que te hago unas fotos aquí. No pude elegir lugar ni cambiar de ubicación, pero aproveché y me puse hasta el sombrero que llevaba en el coche. Estrenaba también abrigo y jersey, así que todo encajaba a la perfección.

¿Resultado? Un look casual perfecto para viajar y pasar un fin de semana en la montaña integrado totalmente con el paisaje.

¿Las fotos? Relajadas, íbamos sin prisas y sin expectativas, y el resultado... ¡me encanta! Espero que a vosotros también.


Nota mental: vivir un poquito más a fuego lento y disfrutar de las maravillas que nos regala el día a día, como puede ser algo tan sencillo y fantástico como un atardecer en buena compañía (o en soledad)

¡Espero que os guste el look! Todos los detalles, al final del post :)


Abrigo y jersey: Nicott Bilbao. Jeans: Mango. Botas: Alma en Pena. Sombrero: Zara.

¡Feliz día!

jueves, 10 de febrero de 2022

LOOK CON KIMONO BY HANDEL EN LA HABANA


Es curioso cómo a veces nuestros estándares de perfeccionismo se disparan hasta límites insospechados, poniéndonos una venda en los ojos que nos impide hacer, disfrutar o incluso, ser más autocompasivos con nosotros mismos, ¿verdad?

Hoy me he despertado muy animada, feliz y con un "clic" en mi mente que me ha hecho ver las cosas desde otro prisma. El 2022 va sucediéndose y como quien no quiere la cosa, febrero ya está casi en su mitad... ¡el tiempo vuela! Lo de los propósitos pasó a formar parte de la historia, eso ya no se lleva, sino que de verdad está de moda es mantener una coherencia con nuestro estilo de vida, que se vea reflejado en nuestros actos, no tanto en nuestras palabras, que ya sabemos que éstas, se las lleva el viento...

Os decía lo del perfeccionismo porque me recuerda un poco a lo que nos sucedió con estas fotos que hicimos en La Habana, en nuestro reciente viaje estas navidades. Tenía mucha ilusión en poder hacerme unas fotos bonitas con este vestido-kimono de By Handel, una de mis marcas preferidas para eventos especiales y también, para el día a día, porque cada vez su colección es más y más bonita, año tras año se superan, además, les tengo un cariño especial.

A lo que iba: tenía en mente estas casas que estaban justo debajo de la casa de mi cuñado que vive en La Habana, pero nunca el sol estaba favorable para que las fotos quedaran bien... ya que cuando podía estar en una buena posición, nosotros estábamos fuera, de paseo o excursión. Una mañana que parecía que justo a la hora favorable estábamos en casa, bajamos con Yago a hacerlas. Él ya dijo que la luz no era buena y aun así, le dije que hiciera unas poquitas... y estas son las que hizo, pero es curioso cómo, una vez editadas, me gustan. No son perfectas, pero creo que en eso reside la gracia. Forman parte de un momento único y especial que hoy miro con nostalgia, forman parte de unos buenos días, forman parte de unas navidades diferentes y forman parte de unos recuerdos que no se repetirán de esa manera, entonces... ¿por qué descartarlas?

Como os decía al comienzo de este post, nos hemos vuelto demasiado exigentes con todo, yo la primera, y a la mínima que algo no me parece que está casi perfecto, ¡fuera! Y luego, la foto que más gusta es la más natural, la menos preparada y la más casual, ¡no es la primera vez que ocurre!, pero el objetivo de este post no es este, sino hacernos ser más relajados con nosotros mismos y con nuestras propias exigencias, porque vivimos al límite en muchos sentidos y si no se roza la perfección, nos venimos abajo, ¡y no puede ser!

En esta era de la inmediatez, del automatismo y de las promesas inmediatas, nos olvidamos que ciertas cosas se cuecen a fuego lento y que la autenticidad sigue siendo la clave. Estas fotos son así, auténticas, reflejan el momento, yo tengo mala cara porque me daba el sol, como eran las fotos de prueba ni me esmeré en ponerme mejor, pero ahora, pasados unos días de distancia, las miro y me gustan.

Es como cuando vemos las fotos de las vacaciones y pensamos, pues oye, no estaba tan mal tanto que me quejaba de esos kg de más o de que no tenía buena cara... lo mismo.

Sirva este post como mensaje para querernos un poquito más, mimarnos y no ser tan exigentes con nosotros mismos. La vida va pasando y no podemos estar a diario con esa tensión de la perfección, porque lo realmente perfecto, es aquello que no lo es.

Y después de esta reflexión en el ecuador de la semana, os dejo con las fotos, con el kimono maravilloso y con esta calle por la que tantas veces pasamos para ir al Malecón... :)

Vestido: By Handel

¡Nos leemos pronto!

lunes, 7 de febrero de 2022

LOOK NEGRO CON CHALECO COLOR CAMEL


Cada vez soy más fan de los looks sencillos, con prendas neutras y perfectamente combinables entre sí, porque permiten un montón de posibilidades para crear diferentes looks muy variados, como por ejemplo: este que hoy te voy a enseñar.


Y es que a veces, no se necesita nada más: un jersey de cuello alto negro, unos vaqueros del mismo color que sienten bien y el resto lo hacen los complementos, como este chaleco de ante en color camel que fue un flechazo a primera vista, unos botines cómodos y el resto de accesorios sencillos pero especiales para darle este je ne seis quoi al look, ¿qué os parece?

Rara vez me verás con estampados, ya que aunque me gustan, considero que este tipo de estilismos sacan de cualquier apuro y nos permiten crear mil y una combinaciones con diferentes prendas que habitan en nuestro armario. 

Pese a no ser muy fan del negro reconozco que, ahora, no sabría vivir sin este color, se ha convertido en uno de mis fondo de armario... ¡me fascina!


¡Espero que os haya gustado el look! 
¡Feliz comienzo de semana!



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