En esta época no hay que dejar de soñar y de pensar en cosas bonitas, ahora más que nunca es cuando tenemos tiempo para soñar con esos viajes, esos cafés en la terraza o en pisar nuestra tienda favorita y probarnos esa prenda que nos tenía enamorada, así que el post de hoy, si eres amante de la moda, te va a gustar...
Conocía Sézane por ser una de las marcas francesas de moda de referencia, marca que ha subido como la espuma y que cada vez está más y más de moda. Las redes sociales han ayudado también a ello, a su posicionamiento y al empoderamiento de marca, pero ha sido en esta cuarentena cuando yo me he adentrado en su universo convirtiéndome en auténtica adicta de la marca.
Por primera vez tuve tiempo de meterme en su web con calma, saboreando un café y enamorándome de cada una de sus piezas, de su estética y de la puesta en escena de la presentación de cada una de ellas.
En la misma se respira ese je ne sais quoi que enamora, los apasionados
de la cultura francesa ya sabemos de lo que hablamos...
Piezas sencillas, especiales, que parecen recién sacadas del baúl de los recuerdos. Es como si abrieras el armario de juventud de tu madre y te reencontraras con auténticas reliquias adaptadas a lo que hoy en día queremos llevar. Estampados con toques vintage, camisas con bordados especiales, piezas de joyería muy auténticas y esos zapatos... ¡es como cerrar los ojos y ver los pies de mi madre cuando yo era niña! Algo que sin duda, me ha hecho sonreír muchísimo estos días.
Pero lo que sin duda más me ha gustado, es conocer la historia de su creadora, Morgane Sezalory, que pasó de vender ropa vintage en Ebay a montar su propio sueño. Después del instituto, decidió tomarse un año sabático para saber qué es lo que quería hacer con su vida. Su hermana que se fue a vivir a Londres, le dejó tres bolsas enormes llenas de ropa vintage y así empezó su particular historia, el comienzo de su vida profesional, ya que para ganar algo de dinero, se dedicó a vender piezas vintage online, para más adelante, centrarse en sus propios diseños.
Sus prendas virales y la estrategia que han seguido: prendas bonitas unidas a una fotografía cuidada, un behind the scenes que enamora, han hecho que incluso en países donde no tienen tienda, se les conozca, así como tener una lista de espera de 30.000 personas para lucir una de sus chaquetas de punto con botones que realzaron algunas influencers en el 2017.
Básicos de calidad, atemporales y con un toque especial hacen que sus diseños además de calidad y buena confección, quieran colarse en nuestros armarios...
Además todo unido a una estética francesa impecable, con modelos que respiran ese charm francés al 200%... para muestra un botón.
Espero que disfrutéis con el post de hoy y que os trasladéis a París, Burdeos o a cualquier pueblo pequeño de nuestro maravilloso país vecino...