A veces ocurre que haces tantas fotos bonitas, que te cuesta elegir. Ocurre cuando el lugar es bonito, sin duda, pero también cuando la sintonía con el fotógrafo existe, y es ahí cuando surge la magia.
Durante este tiempo que llevo con el blog de moda, viajes, belleza y estilo de vida, nada más y nada menos que 10 años ya que se dice pronto, hemos hecho fotos de todo tipo. Comenzamos tímidamente con una cámara compacta, mi adorada cámara de fiestas, cumpleaños, vacaciones y, en definitiva, de todo tipo de celebración. Poco a poco fuimos cambiando de equipo, mejorando, tanto Yago como yo. Yago en cuando a la toma de fotografías y yo también me fui soltando a la hora de posar. Al principio me costaba muchísimo hacerlo con gente delante y aunque hoy en día me sigue dando vergüenza, parece que ya un poco menos. Sé que esto forma parte de mi trabajo y, como tal, tengo que tomármelo así. Me da un poco igual que la gente me vea haciéndome fotos, aunque a veces tengo más vergüenza que otras, lo tengo ya interiorizado.
Sin embargo, me gusta cuando me siento libre para posar, sin ojos mirándote como si estuvieras cometiendo un delito (sí, a veces las miradas de la gente son para escribir otro post) y es por eso que estas fotos me gustan tantísimo. Ya no sólo por el entorno en sí, que es absolutamente maravilloso, sino porque se me nota relajada, feliz, siendo yo misma. En libertad, en estado puro, con un entorno de ensueño y un día estupendo, en el que disfrutamos de un maravilloso atardecer.
Tengo que agradecer a Yago estas fotos tan bonitas, porque sin duda, son unas de las preferidas de mis últimos tiempos, espero que os gusten y que penséis lo mismo. Me ha costando tanto hacer la selección que espero que merezca la pena la espera...
Son unas fotos muy especiales y creo que hoy también es un día especial para publicarlas. Llevaban más de un mes en mi ordenador, quizá no era el momento de publicarlas aún, no lo sé, todo pasa por algo, pero hoy, lunes, he sentido la imperiosa necesidad de comenzar la semana con este post. Para mí estas fotos significan muchas cosas al publicarlas hoy, un cambio de actitud, de mentalidad... El estar parada este tiempo me ha permitido valorar, pensar y priorizar y hoy comienzo a poner en práctica algunas de las cosas en las que he estado pensando estos días.
Todo pasa por algo como os contaba en este post, así que espero pronto contaros todo lo que he aprendido durante este tiempo, las enseñanzas de la vida, que gracias a Dios, vamos aprendiendo...
Espero que disfrutéis de esta maravillosa sesión que realizamos en Aitona, un lugar maravilloso donde se puede disfrutar de este espectáculo de los frutos en flor. Sin duda, una maravilla para los sentidos... ¡no me digáis que no es precioso!
Para la ocasión elegí también un look en tonos rosas, ya que quería que mi estilismo encajase con el lugar y la sesión de fotos y el resultado aquí está: vestido de tirantes en color rosa, maxi cardigan en tonos rosas y verdes con destellos dorados y mis botas preferidas, que no me he quitado en toda la temporada... ¡me encantan! ¡Espero que os guste el post tanto como a mí!
¡Espero que os haya gustado el post!